El poder de los medios de comunicación

«¡Atención! Un humo negro venenoso de las marismas de Jersey llega a South Street. Las máscaras son inútiles. Deriven la población a espacios abiertos«. Así empezaba, desde Nueva York, un 30 de octubre de 1938, la radiotransmisión de Orson Welles de La Guerra de los Mundos (un guión adaptado de la novela de H.G. Wells). Los oyentes que sintonizaron la emisión, y no escucharon la introducción, pensaron que se trataba de una noticia real. El pánico llegó a las calles de Nueva York y Nueva Yersey, las comisarías de policía se colapsaron. Fue una gran demostración del poder de los medios de comunicación. Umberto Eco tenía una concepción apocalíptica de los mass media. Muchos son los autores que contemplan los medios con un halo maléfico. Y es que es prácticamente innegable su capacidad manipuladora, como sucedió con la propaganda que se realizó a través de ellos durante la Primera Guerra Mundial o en la Alemania del nazismo. Los estudios (Mass communication research) para comprender y evaluar la influencia social de los medios de comunicación se intensificaron en los años sesenta y setenta. Actualmente los nuevos medios tecnológicos crean, al mismo tiempo, fascinación y temor. Porque el contenido de los mass media influencian en el pensamiento y en el comportamiento de la población. Hasta el contenido del mundo de la ficción no puede resultar inocuo en los receptores. De este modo, la comunicación resulta ser un proceso de influencia donde hay un emisor que elabora determinados estímulos, con la finalidad de conseguir unos objetivos a corto o medio plazo, y un receptor que los recoge. Es decir, la audiencia (la masa) se convierte en un elemento pasivo. La Mass communication research estuvo dominada desde sus orígenes por una concepción lineal, o procesal, de la comunicación. La actividad más relevante de esta teoría era la persuasión, la capacidad de hacer creer algo para que se actúe de determinada manera. La actividad más relevante de esta teoría, que recogía los efectos de los medios de comunicación de los años veinte a los años sesenta, fue la persuasión, la capacidad de hacer crear algo para que se actúe de determinada manera. Aunque se trate de un planteamiento esquemático, que intenta ordenar un panorama complejo y algo caótico, la mayoría de teóricos (Blumer, McQual y Beniger) distinguen tres periodos en la historia: el modelo hipodérmico (de 1914 a la década de los cuarenta), el modelo de los efectos limitados (de los años cuarenta a los setenta) y el retorno de las teorías de gran alcance (de los setenta a la actualidad). La primera etapa se trata de los años prebélicos y bélicos de la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Laswell, considerado uno de los fundadores de los estudios de comunicación de masas, mantuvo que la teoría hipodérmica está basada en la concepción conductista (estimulo/respuesta) de la realidad. De tal manera, que cada miembro del público de masas está aislado, es vulnerable al ataque personal y directo de los mensajes, y reacciona por separado a las órdenes y sugerencias de los mass media monopolizantes. En el campo de la psicología social, en cambio, autores como Katz y Lazarsfeld creen que la influencia de los medios de comunicación en las personas despende de una serie de factores personales y sociales. Los efectos principales de los medios serán entonces de refuerzo de valores, actitudes o disposiciones previas ja presentes en los individuos. Son muchas las preocupaciones en torno al poder de los medios de comunicación. Como por ejemplo: los posibles efectos de los medios producen sobre la cultura popular y los gustos estéticos del público. Existe el peligro que los medios sean un vehículo para el deterioro del gusto y los estándares culturales. Se crea arte, novelas, series televisivas para las masas. Si eres un hombre distinguido debes tomar la misma bebida alcohólica que el personaje de la serie del momento. Es evidente que el alcance de los medios es enorme (horas y horas pasan las televisiones encendidas, el tiraje diario de los periódicos, las tertulias en la radio, las infinitas consultas por Internet…) y es realmente difícil comprobar su impacto, el efecto que producen en las personas. La pregunta sería: ¿Estamos desperdiciando nuestro tiempo libre?

12 comentarios en “El poder de los medios de comunicación

  1. Depende de lo que se entienda por desperdiciar. Nada es malo en sí mismo pero el uso en su vertiente aberrante, o sea el abuso, creo que puede ser tremendamente nocivo por dos motivos. En primer lugar por la falta de reflexividad de los medios más agresivos: Internet y la televisión. El primero el doblemente engañoso por la falsa percepción de comunidad( al menos así lo veo yo). Un entorno virtual nunca puede ser real por más nodos que tenga la red. Por otro lado, la televisión es ya un objeto de culto en todos los hogares. Ofrece libertad pero esclaviza conciencias. En segundo lugar estos medios són herramientas útiles pero su objeto es el control del usuario/espectador. Internet es un gran escaparate, un megastore; la televisión es otro tanto pero mucho más politico y tendencioso. Dicho esto, entre el uso y el abuso casi que me inclino más por el desuso.

    Un saludo

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  2. Hola,
    És molt interessant el teu article i la pregunta que deixes oberta. Televisió, ràdio, intenet, etc. es podrien encabir en el títol d’alguns cursos que es fan en aquest sentit i que habitualment s’anomenen com «Els lladres del temps», tot referint-se sobretot a aquestes tecnologies quan no les sabem gestionar, perjudicant així tant al temps que dediquem a la feina com al que dediquem al lleure.
    D’altra banda, els gustos del públic, pel que fa la televisió, poden ser molt heterogenis però penso que sí que hi ha una tendència a la homogeneïtzació ideològica, ja que aquesta tendència depassa les fronteres. Actualment són les grans corporacions les que marquen les regles del joc; tot i això i per sort, també impliquen que cada cop més es demani tenir esperit crític.

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  3. Hola,

    El uso de los medios de comunicación no tiene por qué ser una pérdida de tiempo, siempre y cuando los usemos de manera responsable y consciente. En la actualidad podemos observar como la inmediatez con que transcurre la información ha generado hábitos generalizados en la población, como por ejemplo, el uso constante del teléfono móvil o tableras, des de los cuales podemos consultar todo tipo de noticias, recibir alertas de nuevas entradas, etc… ahora bien, si entendemos que ante la inmediatez de la información hay que responder con la misma rapidez, podemos caer en el error de dejar de prestar atención a temas, que aunque no tengan relación con la tecnología, son de igual o más importancia para nuestro desarrollo personal.

    Saludos,
    Alba

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  4. Después de leer tu comentario, coincido bastante con lo que destaca Alba, en mi opinión los medios de comunicación no implican siempre una pérdida de tiempo, es decir, en sí mismo éstos no son buenos ni malos, sino es el mal uso de estos lo que hace que nos inclinemos hacía un extremo u otro. En la actualidad contamos con mucha más información que antes, además ahora y a través del uso de internet podemos establecer un feed-back si no estamos siempre de acuerdo con el contenido a modo de expresar nuestra opinión. Por otra parte coincido contigo en sostener que siempre la sociedad de la masa de una forma u otra ha permanecido manipulada y controlada por los medios, sin embargo ésta en cada uno de nosotros en establecer un juicio de valor acorde con lo que creemos, apagando el canal o comprando un periódico que se adecue más a nuestra ideología, aunque quizá en ocasiones esto represente ir en contra e lo «aparentemente establecido por la sociedad…..
    Un saludo.
    Marian

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  5. Buenas tardes,
    aunque coincido con Alba y Macanoves71 que los medios de comunicación no «deberían» implicar una pérdida de tiempo, y que el problema es el uso que hacemos de ellos considero que aunque tenemos mucho más acceso a información, cada vez estamos más desinformados. Actualmente, ser capaces de filtrar la veracidad de las noticias es prácticamente imposible, ya que los contenidos nos llegan totalmente manipulados. Pongamos un ejemplo muy claro de hace pocos días: el accidente de Germanwings. Todos estamos totalmente convencidos de que la información que tenemos al respecto es verídida: corroborada por el New York Times, defendida por el gobierno de Francia y respaldada por fuentes «no reconocidas» pero supuestamente muy fiables. ¿Quién duda de que esta información no es correcta? Y entonces…., aquellas pequeñas voces independientes que defienden que se trata de un accidente por un error en las pruebas de una nueva arma que está llevando a cabo EEUU en territorio Europeo? ¿por qué se tapa esa información? ¿qué intereses hay detrás?

    Establecer juicios de valor no es tan fácil, en una sociedad en la que los intereses económicos y políticos dictaminan las acciones de nuestros gobiernos y medios de comunicación. Podemos ser más o menos estrictos a la hora de creernos en mayor o menor medida una noticia, pero personalmente ya no me creo nada al 100%.

    Saludos,

    Iolanda

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      1. Hola,
        yo tampoco soy muy partidaria de «conspiraciones» ocultas pero creo que debemos informarnos más allá de las fuentes oficiales. Es, en ese momento, cuando empiezas a descubrir que las cosas no son tal y como se cuentan. En este caso he comentado el tema Germanwings porque es el de más actualidad pero conozco otros de los que sí han habido informaciones contrastadas y que se han ocultado: avión de la TWA New York – París (1996) derribado por error en unas maniobras del ejército de EEUU en Long Island, ocultado por el FBI (yo de aquellas trabajaba muy cerca de dónde se siniestró el avión); el supuesto avión estrellado en el 11S contra el Pentágono aunque hay un informe de los bomberos de Washington que demuestra que no es cierto (sólo hace falta ver las fotos para darse cuenta que ahí no se estrelló ningún avión)…

        A partir de aquí, cada uno que saque sus conclusiones :) Creo que los medios de comunicación bien utilizados son una gran fuente de información pero está cada vez están más manipulados.

        Saludos

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  6. Estic totalment d’acord amb tu. Estem menyspreant el nostre temps lliure quan els mitjans de comunicació s’imbrinquen en excès dins la nostra vida privada, coartan i dirigeixen les nostres opinions i manca una certa retrospecció cap a l’allau d’informació poc o mal digerida que s’ofereix continuament, a totes hores i en totes direccions

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